Pasa la gente frente a la catedral.
Todos entran por una hora, con calor. Se abanican con cartones, La Sagrada Lectura, lo que sea. Esperan sin escuchar lo que el cura tras el púlpito les dice. Se remueven en sus asientos con tedio evidente.
Salen, y se saludan cordialmente en la entrada. Hablan babosadas.
Pasa la gente frente a la catedral.
Las puertas se cierran completamente, y todos caminan de largo. Pero yo sigo allí. Justo en medio de la entrada. Y nadie, en ese largo tiempo, ha notado mi presencia invisible.
Después de todo no existo, sólo soy un mendigo.
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© José Luis Rodríguez Pittí, texto e imágenes. Todos los derechos reservados.
"Crónica de invisibles" publicado por primera vez en "Crónica de invisible" (UTP, Panamá, 1999)
"Gente hacia la Basílica de Atalaya" aparece por primera vez en esta página.
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