Seguí rebuscando, picado por la curiosidad, y me encontré con una foto publicada por la misma iglesia católica a través de su agencia ACI Prensa que muestra a Francisco rezándole a la Virgen de la Caridad del Cobre o, visto de otra manera, muestra al Obispo de Roma, vestido de blanco perfecto, incluida la cabeza cubierta con el mismo color sagrado, ofreciéndole flores y oraciones a Ochún, la orisha del amor, la femineidad, la sensualidad y de todas las cosas por las que vale la pena vivir. ¿Qué le pediría Bergoglio a Ochún? Lo sabrán los espíritus del Caribe.
Pero, por algún motivo, mientras observaba la foto, no podía dejar de pensar en la letra de esa vieja canción de la superdotada Xiomara Alfaro, conocida en su época como el Ruiseñor de la Canción, donde pedía «Ochún, Ochún, mi Ochún, yo quiero un negrito lindo pa que quiera mucho a su mamá [...] que sea guapo y fuerte, que tenga libertad, pa que los mayoral no le pueda pegar».